sábado, 16 de junio de 2007

Mochila Bonaerense

Seguramente en mi vida anterior fui un canguro o marsupial (del latín marsupium, que significa "bolsa"). Y lamento que en esta encarnación no disponga de un espacio donde llevar mis cosas.

Desde la bolsa de tela donde llevaba mi cuaderno de comunicaciones y mi jarro al jardín de infantes siempre necesite un contenedor, durante el cole siempre preste mucha atención a este elemento y ya en la secundaria probé muchas pero creo que la gran diferencia la comencé a notar cuando descubrí mi espíritu aventurero. Ahí mi perspectiva cambio, y me sorprendían las mochilas con estructuras metálicas para campamentos, mochilas de 80 Pts y mas.

Conocí a un amigo de un amigo que producía caseramente mochilas de montaña y aprendí mas. Traps, estabilizadores, medidas en litros, telas anti desgarro. Aprendí que gran parte del peso de una mochila de montaña se carga sobre la cadera y no sobre los hombros. Ahí mi mundo cambio y durante los últimos años de la secundaria viví con una mochila de asalto (las que se utilizan para alcanzar las cumbres) creo es fue parte de mi fisonomía por un largo tiempo.

Luego cuando me convertí en fotógrafo ambulante compre una mochila THE NORTH FACE (marca de montaña) pero mas urbana hasta con espacio para el notebook, cámara y hasta algún flash de estudio. Siempre fue para mi como un respaldo, un elemento imprescindible para la vida. Hoy vivo mas despojado ya que estoy mas sedentario. Pero disfruto muchísimo a la hora de pensar como armar mi mochila para recorrer lagos y montañas de mi partagonia querida. La sensación de autonomía que siento cuando cargo mi mochila con hasta 30 Kg. de elementos esenciales es lo mas próximo a la libertad. Creo que lo que mas me aporta este elemento es la sensación de seguridad sabiendo que tengo todo lo que necesito.

Saludos
Guille- Bs.As. - Argentina

jueves, 14 de junio de 2007

Mis "Bultos"

Hola, mi nombre es Andrea y quiero hablarte de mis mochilas, que en el caso de Costa Rica sería de mis "bultos".
Durante mi época escolar tuve mil bultos, todos de mala calidad, no duraban el año lectivo por lo que tuve alrededor de 4 bultos por año, de todos colores y formas que no recuerdo, porque ninguno de esos bultos caló en mi como lo hizo el que yo llamo mi primer bulto. Mi tía Vicky me lo regaló, ella es mi madrina y es la que da los mejores regalos. Ella me regaló un bulto toto que me duró toda la vida, color azul y con cuero en los bordes era mi primer bulto de "marca", por eso talvez duró toda mi vida o por lo menos de quinto grado de escuela hasta cuarto año de colegio que es como una minivida. Era azul y le cabía de todo, me gustaba, tenía compartimentos de todos tamaños y al ser azul nunca se veía sucio y también iba con todo.Pero el bulto se deterioró y por un tiempo usé bolsos pasajeros hasta que mi tía me volvió a comprar otro bulto azul.Mi tía siempre llamaba a mi mamá para saber que regalo quería para mi cumpleaños o navidad por eso siempre me regalaba bultos, pero yo se los pedía porque sabía que me compraría un buen bulto y así lo hizo. Esta vez, un Jansport azul XXL que me trajo de Estados Unidos, a ese sí le cabía de todo, me duró toda la U y lo mas importante todas mis idas a las giras de antropología. Ese fue un amigo leal. Después de él nada fue igual...nunca encontré otro bulto así de grande, de cómodo y de sencillo,solo 3 compartimentos y ya. Actualmente tengo otro bulto azul toto que lleva la memoria de los otros bultos anteriores en el color pero que no es igual, aunque le guardo cariño porque marca un momento de mi vida distinto, el ahora. Quien sabe como será cuando no esté conmigo y lo recuerde...

Andrea Mata, Costa Rica.

martes, 12 de junio de 2007

Sobre mis mochilas

Hay mis mochilas..., fieles compañeras de cargas clandestinas, educativas, tecnológicas, impresionistas, ecológicas, perversas, sexuales, apoyo incondicional de Morfeo. Victimas de ultrajes en plena vereda capital.

Material para Voyeristas de lo ajeno. Esas han sido mis mochilas, claras testigos de esta raíz fuerte, pero de hojas de otoño.

Si me preguntas sobre una que haya amado...mmmm, pues no. No hay una que no me hubiera dejado una gran vibración. Desde esa... La más ordinaria, made in China, que parece hubiera sido hecha de cabellos alopécicos, desintegrandose con facilidad. Y aunque te esmerabas con un buen remiendo, la herida ya era fatal.

Aha!!, y aquella hecha de cuero...que pretendía ser ecológica. Que blasfemia!!!, ya que era para que la hierva pasara desapercibida por el curtido del cuero vacuno.

No menos... es aquella que me acompañó a 15 años de extremo deporte, representando a mi país( diz que mi país), que si al menos llegué con algunas medallas, también era extremadamente maloliente. Pero que quizás fue construida con las mejores fibras sintéticas anti fluidos casi nitrosos.

No quiero dejar como última en su momento. Aquella escolar. Seudo Diosa, poderosa, con hiperlaxitud, de tanta carga. Y conocedora de los puntos de cada cimarra o rata. De suelos arcillosos, de alfombras, de vinilos, pastos, cerámicas, mármol, una catadora geóloga y social.

VIVAN MIS MOCHILAS!!!!

José Mauricio Sáenz
Seudonimo de hace más de 18 años, para que no me digan copión: Montecristo

Tengo la mochila Negra...

La mochila que más recuerdo era una Saxoline de color negro sin muchas pretensiones que me dieron en tercero básico cuando entre a mi nuevo Colegio, el primer día con ella fue tanto para ella como para mí una prueba de resistencia, en mi anterior colegio se usaba traer todos los materiales a clases el primer día y así los íbamos ocupando, pero en el nuevo colegio se entregaba una gran lista de útiles escolares y bueno se suponía que había que traerlos cuando se fueran pidiendo, el tema es que mi mama no lo sabía y me hizo cargar todo en la mochila Entré al colegio haciendo equilibro, mi primer día y me toco hacer el ridículo junto con mi mochila.

Esa mochila estuvo conmigo hasta que salí de la universidad, creo que es la cosa material con la cual he logrado mayor afinidad, nunca quise cambiarla, salvo cuando estuve en sexto y me regalaron una nueva, pero que se la robaron a los dos días de que la lleve al colegio, en fin, así mi mochila negra que sólo tenia un bolsillo afuera estuvo conmigo en todo momento, y en cierto modo pasó a ser algo distintivo en mí, pues siempre andaba con ella y la dejaba en cualquier parte, nunca me importaba si estaba en el suelo o se ensuciaba y lo que siempre me llamó la atención, es porqué nunca se pasaba de agua cuando llovía si ya estaba traslúcida de tanto uso.

Ahora uso un maletín, y tengo otras mochilas, pero son algo intermitente en mi vida, a veces los uso y otras veces no, pero la mochila negra jamás dejó de estar conmigo, su final fue el de todos, mi mama me la botó cuando estaba de viaje, porque para qué quería algo tan viejo y que estaba tan feo, al final tuvo un final de muchos seres humanos, en todo caso el peor final sin una digna despedida...

Daniel Ricardi (29), Santiago – Chile.

viernes, 8 de junio de 2007

Mi mochila

Tengo una mochila para jugar futbol y tenis, donde llevo las cosas que necesito (zapatillas, pelotas, ropa, canilleras, etc.), la tengo desde el colegio y su olor es definitivamente "deportivo", por eso mismo esta mochila la uso solamente para esto. Esta bastante roñosa y es azul marino (muy colegial).
Tengo otra mochila para llevar documentos y hacer viajes cortos (de 1 o 2 dias), intento mantenerla lo más ordenada que pueda, me cabe la ropa justa para ir un par de días a Santiago o a otra parte o para transportar algo. Me la regaló mi ex polola hace un par de años, no la use hasta que me dijeron "no podi seguir usando esa (la primera que mencioné)"
Tengo otra mochila tipo Camelbak para hacer bicicleta, es la que más uso y en ella llevo, aparte de una bolsa llena de agua, implementos para la bicicileta (por si algo le pasa a alguna rueda por ejemplo) y algo para comer por que generalmente estoy todo la mañana subiendo un cerro.

Para mi, una mochila tiene que presentar alguna utilidad extra, salvo la que uso para jugar futbol o tenis (solo la necesito para concentrar las cosas en un solo lugar). Por ejemplo, si viajo en bus por un par de dias es indispendable que tenga alguna salida de audifonos.

Lo que me carga de las mochilas es que haya que usarlas en las 2 "mangas". Solia usar morrales y no mochilas, son más bonitos y me acomodan más, pero se me arrugaban los papeles, no tenia bolsillos extra para el celular o la billetera y me demoraba mucho en encontrarlos.

Pedro (23), Viña del Mar, Chile.

jueves, 7 de junio de 2007

No es sólo una Mochila...

Una mochila no es sólo una carga que llevas en la espalda. Para mí es un sinónimo de aventura, de ser una "patiperra", una trotamundos, de explorar, viajar. Todo lo que tú eres y lo que necesites puede caber en una mochila, llevándola a cualquier parte.

Dejó de ser un accesorio, es una forma de expresión, de comunicarte, dar a conocer de otra forma lo que eres, lo que te gusta, en lo que comulgas. Todo esto a través del diseño, los colores, las formas y cualquier cosa que le anexes para darle el toque personal.

Siempre ocupé marcas de moda, a veces llegué a sacrificar la comodidad por la moda y mis hombros y espalda lo resintieron.

Para una mujer su cartera es fundamental, al final de cuentas, el bolso o mochila que llevabas al colegio cumplía con una función muy similar: Como si fuera tu primera “cartera”. Ya no sólo llevabas tus útiles escolares, sino que acorde avanzaba el tiempo, llevabas maquillajes a escondidas de tus profesores, cigarrillos escondidos en compartimientos especiales de tu mochila, a veces ropa para salir después de clases y si quedaban espacios, los libros y cuadernos.

La última vez que llevé una mochila al hombro fue para recorrer el mundo, pesaba como una tonelada, pero ahí llevaba todo lo necesario para sobrevivir… y ahí te das cuenta que para vivir y disfrutar la vida necesitas tan poco.

Amo las mochilas por su practicidad, pero me hubiese encantado haber tenido aquellas con rueditas para arrastrar. Mi columna me lo hubiese agradecido cuando niña.

He tenido mochilas de todos los tamaños, colores y marcas. Recuerdo mis mochilas escolares, había una que era horrible (medio plástica de color azul marino, acorde con el uniforme)… ¡realmente horrible! También recuerdo los ya “de culto” bolsos Smile, que era una especie de saco con ojales enormes por donde pasaba una cuerda y que más que ser bolso, era como un saco de harina con la carita Smile impresa.

Mi época “fashion” llegó a partir de 8ª básico con los bolsos Il Gioco (tan característicos de mi generación en el Santiago de principios de los 90’s y que muchas veces hacían juego con sus estuches). Una vez que los comprabas, se impregnaba ese olor tan característico que tenían, ahí podías decir que estabas actualizada. Desde ese momento, mi sentido estético comenzaba a demostrarse públicamente.

Finalmente, las últimas mochilas que he tenido las he personalizado con chapitas, mostacillas, telas u otras aplicaciones, no me gusta andar con cosas masivas, no me gusta andar igual al resto. Hace un par de años me compré una mochila pequeña marca Puma, pero siempre le tapo su logo con una gran chapita, me carga mostrar la marca, lo importante es que se vea bonito. Además, tu mochila no sólo es un elemento para llevar tus pertenencias, es un contenedor de tu vida, de cómo la llevas, cargando todo lo necesario para vivir el día a día, cargando cosas “por si acaso” las necesitas. Como lo dije desde un principio, todo lo que eres puede reducirse en lo que llevas en tu mochila…

Daniella S. (27), Santiago - Chile.

martes, 5 de junio de 2007

Mi Primera Mochila

Cuando comencé a querer ser "yo mismo" (aprox. 12 años) diseñé y costuré mi primera mochila usando pedazos de un viejo blue jeans y cuero café que había sobrado de unos muebles en casa. La mochila me acompañó hasta los 17 años... aprox. Si tuviera que ponerle un código (el significado cultural e identitario profundo) a mi mochila de tween-teen sería "diseñándome a mí mismo --> Soy el hermoso resultado de mi creatividad, me muestro orgulloso al mundo al que luego iré a conquistar" (en ese entonces se me ocurrió que podía ser un empresario de mochilas... jejeje).
En esa mochila estaban las firmas de mi mejores amigos/as... a su vez yo escribía mi firma en sus mochilas... Lo que llevaba adentro no era tan importante (casi todo lo llevaba porque era "obligatorio"). Mi mochila no "portaba" mis secretos, los "exhibía". Expresaba quienes eran mis amigos... cuál era mi territorio.

Luego cambié de mochila... al entrar a la universidad... pasé al portafolio semi-formal / semi-sport negro, de material sintético... mi identidad no estaba tan fuertemente ligada a mi mochila... sino a su contenido... los libros que llevaba dentro... (Maturana, Bateson, Watzlawick, Guidano... los constructivistas y "posmos") ... y los que no llevaba (Freud, Jung, Adler, Lacan y los psicodinámicos). Buscaba marcas que además sean cómplices de mi aparente dualidad mente-cuerpo--> mochilas deportivas que sirvan (primera vez que uso un verbo "funcionalistas / utilitarista" en este relato) para mi inetgrar mi vida intelectual con la urbana nocturna y la vida deportiva ---> Nike, Adidas... aparentemente ninguna entendió eso... cuando llegó PUMA yo ya no necesitaba una mochila así...

"Comenzar a trabajar" y "la irrupción de la movilidad digital" en mi vida (celulares, PCs, PDAs, etc.) marcaron el tercer - cuarto giro en mi "mochila"... ahora debía parecer más "pro", intencionadamente global y high-tech --> Samsonite, Kensington, Benetton, Targus, etc. Mi vida conectada ("my connected life") debía caber en la mochila más pequeña posible.

¿Por qué preferí usar una mochila self-made en lugar de una de marca?
¿Cómo pasé de Benetton a Samsonite?
¿Por qué Adidas y Nike no se convirtieron nunca en MIS marcas de mochila?
¿Cómo llegué a mi actual maletín de cuero con rueditas de "marca de diseñador" en lugar de una marca global?
¿Por qué compré otra vez la misma Kensigton (exactamente el mismo modelo) una vez que la anterior se dañó?
¿Por qué no abandono mi Kensigton y regalé mi última Samsonite hace 3 meses?
Pablo S. (31), San José - Costa Rica.